Cerro abajo . El Esperanza se encuentra como siempre , frio y un poco apatico. Las mismas micros demorosas hacen recordar a todos lo sufrido y hermoso que es vivir en este cerro y ser parte del mismo camino que han caminado y construido con el viento las personas que lo Habitan.
Quisiera habitar este puerto siempre , recorrer con tu mano la figura intrépida de las musas que habitan de noche , con las luces de los cerros y la nostalgia de la Plaza Echaurren que una vez más abundan en los melancolicos del hotel … Abrazarte , con luz del faro , bailar un Tango y sentir en alguna casa algún Gato enamorado de Agosto que juegue con algún Volantin cortado que vino desde el otro cerro a hacerte compañía.
Extraño , ven y ama , las porteñas somos asi intrépidas y mágicas , solo descubre la nostalgia.
